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Saludo del nuevo Obispo Diocesano a la Diócesis de Albacete y Saludo de Mons. Ciriaco Benavente al nuevo Obispo de Albacete.

26 de Septiembre de 2018 volver

Saludo del nuevo Obispo Diocesano a la Diócesis de Albacete

 

Muy queridos fieles cristianos de la diócesis de Albacete: Sr. Obispo Administrador Apostólico, don Ciriaco Benavente Mateos, Colegio de Consultores, Consejo Presbiteral, Consejo de Pastoral Diocesano, Colegio de Arciprestes y Cabildo Catedral, sacerdotes, diáconos, seminaristas, vida consagrada, religiosas y religiosos, nuevas formas de vida consagrada, movimientos y asociaciones de apostolado seglar, hermandades y cofradías, Instituto Teológico Diocesano y Colegio Diocesano, autoridades civiles, académicas, militares y judiciales, familias, niños, jóvenes, adultos, ancianos, enfermos... y hombres y mujeres de buena voluntad.

 

Desde el momento de mi ordenación sacerdotal, y después episcopal, hay unas palabras que siempre han guiado mi oración y mi caminar pastoral: «Aquí estoy Señor para hacer tu voluntad y ser testigo del Evangelio», aceptación con docilidad de la voluntad de Dios, disponibilidad plena y esfuerzo por vivir el Evangelio de Jesucristo y manifestarlo con palabras y obras. En consonancia con esta vivencia, en el momento de escoger un lema episcopal que acompañase mi ministerio, escogí este: «Evangelizare Iesum Christum»: Anunciar a Jesucristo.

 

Entiendo que es voluntad de Dios y expresión de su providencia divina confiarme la atención pastoral de la diócesis de Albacete y, por ello, la acepto. Soy consciente de mis muchas limitaciones humanas, personales, pastorales y de gobierno, pero confiado en Dios y en la Virgen de Los Llanos, su Madre y mi madre del Cielo, me dispongo a serviros como vuestro padre y pastor, hermano y amigo.

 

Voy a la diócesis de Albacete, enviado por Dios, a serviros, a ayudaros a conocer y amar a Dios y a su Iglesia, de la cual todos formamos parte desde nuestro Bautismo. Voy para quereros mucho a todos, aunque no haga otras cosas. Mi predilección, no única pero sí preferencial, serán las familias cristianas, los sacerdotes y seminaristas, los prójimos más próximos, como hace unos días me lo indicaba personalmente el papa Francisco, sin olvidarme de la vida consagrada. Y con ellos los enfermos, ancianos y más necesitados en lo material y espiritual. El examen con el que un día seré examinado será el amor; amor recibido de Dios y entregado a todos expresado con sentimientos del corazón y caridad.

 

En mi Ordenación episcopal expresé mi intención, que mantengo, de ser un obispo con sentimientos, con corazón; un padre, un hermano y un amigo. Lo intentaré una y otra vez, no lo dudéis. Quiero ayudaros a conocer a Dios desde el corazón, y a conocer a las personas y los acontecimientos como Dios los ve y los conoce, con amor. Quiero ayudaros a amar a Dios y a los demás desde un corazón misericordioso y lleno de amor, como Dios lo hace con cada uno de nosotros. Y quiero serviros como Cristo lo ha hecho con nosotros, entregando, gastando la vida en favor vuestro.

 

Tened paciencia y comprensión con mi persona y rezad mucho por mí. Tengo que conoceros poco a poco, pues soy lento y limitado en este aspecto. Y tengo que aprender a quereros y serviros como Dios quiere y necesitéis. Mi oración por vosotros ha sido constante desde que conocí la designación papal.

Que el Santísimo Cristo y la Virgen de Los Llanos sean mi apoyo y protección. Con mi bendición y oración por todos vosotros.

 

+Ángel Fernández Collado Obispo electo de Albacete

 

Saludo de Mons. Ciriaco Benavente al nuevo Obispo de Albacete

 

Querido hermano Ángel: ¡Bienvenido como nuevo pastor a esta Iglesia de Albacete!

 

¡Ten la seguridad de que eres bienvenido! Porque Albacete, que es tierra buena y mejor gente, te acoge, lo sé, con el corazón y los brazos abiertos. Ya lo irás viendo y experimentando con tus propios ojos.

 

Eres bienvenido porque sabemos de tu calidad humana y espiritual, de tu sencillez, que tan bien disimula tu hondura intelectual. Sí, porque tu competencia profesoral ha corrido pareja con tu fina sensibilidad pastoral, sin romperse ni reñir la una con la otra.

 

Verás qué buenos hermanos y colaboradores encuentras en el presbiterio diocesano. Y verás que, si alguien dijera otra cosa, se equivoca. Vas a encontrar un presbítero sobrado de años, en muchos de sus miembros, pero también sobrado de generosidad.

Vas a encontrar comunidades religiosas admirables, que son laboratorios de oxígeno espiritual y caricia de Dios para los pobres y los necesitados.

 

Vas a encontrar miles de cristianos laicos que se sienten Iglesia, que aman a la Iglesia, que se sienten corresponsable de su presente y su futuro. Son miles los voluntarios en el ámbito de la catequesis, de la liturgia, de la acción caritativo-social.

Y vas a encontrar, qué te voy a decir yo que tú no sepas, que también aquí es real la secularización galopante, el eclipse de Dios en la mente y en el corazón de muchas personas, incluso bautizadas. Por eso estamos embarcados en la Misión Diocesana, ahondando en lo que significa ser discípulos, para ser misioneros. La crisis religiosa es fuerte, pero tenemos la seguridad de que nuestra Iglesia recuperará su fuerza evangelizadora en la medida en que recupere la frescura evangélica de la primera hora, el encuentro con Jesús, pues, como dice el Papa Francisco, con Él siempre nace y renace la alegría(EG 1).

 

Querido Ángel: Te paso el testigo con mucho gusto, con profunda gratitud a esta Iglesia de la que he recibido tanto, y que ahora te acoge como padre y pastor.

+Mons. Ciriaco Benavente Mateos Administrador de la Diócesis de Albacete